Una palabra escuchada mucho recientemente es “reinventarse”.
Y tanto se ha repetido que, como en muchos casos, termina anestesiando su fuerza. Lo malo de no “sentir” las palabras es que pueden terminar quedando huecas. Incluso repeler de tanta repetición.
Las palabras no solo describen, también generan acción, contienen intención y hasta emoción de quienes las expresan.
Estoy procesando sobre ella hace mucho más que una pandemia. Sin embargo, con muchas energías puestas en esta palabra, parece que la misma ha decido mostrarse un poco más en el contexto actual.
Cuando uno busca que significa, se expresa como el volver a inventar.
Inventar es un verbo transitivo, o sea un verbo que por si solo no es suficiente y necesita de un complemento para aclarar la acción. Sus acepciones van con carga positiva y negativa. Crear algo que no existía puede significar un nuevo artefacto para el bien de la humanidad (la lámpara de Edison) o una historia con mentiras que genera daño (fake news).
El acelerado mundo fue obligado a una pausa o como mínimo a ralentizar su ritmo con la llegada del virus. Cuando el mensaje entre líneas era que quién más rápido llega gana, ahora surge un interesante cuestionamiento ¿hay necesidad de tanta velocidad?
Investigando sobre su raíz surge lo interesante. El prefijo “in” que indica hacia dentro y “ventus (del latín inventus) que viene. O sea, algo que viene de adentro.
Entonces, reinventar, seria volver a sacar algo desde dentro. Y tal vez la gran molestia surja por lo que tenemos dentro. Reinventarse, volver a sacar de dentro a uno mismo.
Y este freno forzado, que seguro a varios dejó en una quietud incómoda, enfrenta con preguntas existenciales que definitivamente conectan hacia dentro.
Tal vez, cual máquina sobrecargada, tuvimos que aplicar la tecla de reinicio. Sirve para descartar los programas que no aportan y hacían pesado el andar, pero al volver a encender, la esencia seguirá ahí.
Ni el iluso positivismo ni la insensible objetividad. Desde el “ser” generemos el” hacer” para lograr “tener” los logros y aprendizajes que satisfagan, que para cada uno será una vara diferente.
Si llegaste hasta donde estas, tienes la capacidad de seguir avanzando. Esa es la certeza. Lo incierto, cuánto tiempo y cuánto esfuerzo. Encarando cosas absolutamente distintas, o lo mismo con un nuevo enfoque. Con el tiempo y las acciones, lo que viene de adentro, estará más sólido.
Entonces, ¿te estas reinventando?